jueves, 29 de enero de 2009

Destrúyelo Todo

Hay cosas dentro de nosotros que aunque sabemos que son malas y que no nos conviene no queremos dejarlas ir. Cada uno de nosotros sabemos cuales son y las tenemos identificadas. Le podríamos llamar el punto débil de cada uno. La realidad es que esto se llama pecado con el que cada día se esclaviza uno y termina dominado. Cada vez que caemos nos sentimos mal y después del arrepentimiento pasa el tiempo y uno llega a lo mismo. Esto es el caso en miles de jóvenes que constantemente se la pasan batallando con áreas difíciles de controlar. Hay diferentes áreas con las que normalmente se batalla y los resultados son los mismos. Cuál es el resultado de esto?

Una separación del cuerpo y amigos y una culpabilidad que nos lleva a sentirnos condenados y que no hay salida. Quizás pueda ser pornografía, masturbación, drogas, alcohol, cigarros, chismes, robo, contiendas, fornicacion, flojera, glotonería, magia blanca, magia negra, idolatría, falta de respeto, ira, celos, contiendas, falta de respeto a los padres, etc. Todos estos son pecados y cada uno paga con lo mismo que se llama consecuencias. Hay que vivir con la realidad de las cosas y vivir con la consecuencia de nuestros errores. Estoy convencido de que cada uno de estos pecados se pueden controlar si es que decidimos destruirlo y sacarlo de nuestra vida, esto se llama dominio propio. En la Biblia encontramos un caso de alguien que no quiso destruirlo todo y tuvo que vivir con la consecuencia.

1 Samuel 15 nos relata que Dios le dice a Saúl que destruya por completo a los amalecitas y todo lo que pertenecía a ellos. Los amalecitas trataban muy mal al pueblo de Israel cuando salieron de Egipto. Es el mismo trato que nos da el pecado. Los amalecitas equivalen al pecado nos paga con mal. Saúl tomo a su ejercito y llego al territorio de Amalec donde destruyo únicamente las personas y animales más débiles y de menos valor. Los animales débiles y de manos valor son como los pecados que son más fáciles de controlar. Estos que a los cuales no nos esclavizamos y sabemos que podemos contener. Saúl dejo vivo al rey Agag y a los animales fuertes y de mas valor. (vs8). Agag equivale al que gobierna sobré nosotros y nos esclaviza. Los animales gordos son los pecados que no podemos controlar, los más difíciles de vencer. Cuando Dios ve que Saúl no quiso matarlo todo se da cuenta que no esta listo para el trono que le preparo. Después de esto Dios se arrepintió de haber puesto a Saúl como Rey. Tenemos que entender que esta posición de Rey nosotros ya la tenemos por medio de Jesús. Todos somos llamados a ser Reyes y Sacerdotes. El problema radica en que no queremos destruirlo todo y dejar que Jesús como Rey de todo te dé la fuerza para destruir todo. Cuando entendemos la posición que Cristo nos da sobre el dominio del pecado nos damos cuenta que podemos destruir todo. El problema radica en que queremos mantener el pecado que más nos agrada o más nos conviene, algo así cómo Saúl los animales más fuertes. En el versículo 13 vemos que Saúl pensaba que ya había cumplido con todo lo que Dios le mando. Se le olvido del pequeño detalle que los animales fuertes y grandes estaban rondando por el campo y que el profeta Samuel los veía. Hay ares en la vida que nosotros nos sentimos completamente realizados en Dios y se nos olvida que Dios ve todo. Él puede ver aquello que no queremos destruir. Cuando Samuel le reclama a Saúl por su falta de obediencia él le responde que los animales fuertes eran para ofrecerlos a Dios. No acepto que eran para él. Hay cosas en la vida que no queremos reconocer y que hacemos cualquier excusa para no desacernos de ellas. Dios esta buscando que tu le entregues todo y que té desagas de todos los animales fuertes o pecados fuertes que tienes que no te permiten llegar al Reinado que Cristo tiene para tu vida. La palabra nos enseña que la obediencia es mejor que el sacrificio. Obediencia a Dios en todo. Es necesario que decidas destruir todo.

Fuente: otraonda

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