domingo, 29 de marzo de 2009

Reflexiones - Kimani Nganga

A Kimani Nganga Maruge le queda bien el uniforme de su escuela. Todo un mérito si se piensa que no a cualquier persona de 85 años le sientan un par de pantalones cortos, una camisa celeste escolar y unos largos calcetines blancos.

Debe ser por el entusiasmo que Kimani se ve tan bien. La BBC cuenta que el keniano está feliz por haber cumplido su sueño de entrar al colegio y también lo están las autoridades de su país, que no esperaban que alguien tan viejo respondiera a la política de hacer gratuita la educación primaria. Pero Kimani quería aprender a contar la plata que espera le pagarán por haber peleado contra los británicos en 1950 y también quería aprender a leer para poder descifrar la Biblia porque no cree en la versión que le dan cada domingo en la iglesia.

Kimani, que comenzó a estudiar en el año 2004, tiene el récord Guinness de ser la persona con más edad al momento de entrar al colegio. Y como su caso es emblemático fue elegido para viajar a Nueva York. Allí les dirá a los líderes reunidos en la Cumbre de las Naciones Unidas que hay más de 115 millones de niños que son demasiado pobres para estudiar.

Tomado de Noticiacristiana.com

Este es un buen ejemplo para aquellos que creen que es demasiado tarde para empezar. Nunca es demasiado tarde. Lo que no se comenzó aún se puede comenzar ahora. Dios siempre extenderá su mano para sostener a aquel que dice, este es mi día.

No dejes que la inercia te arrastre, tienes buenos motivos para creer que pueder comenzar de nuevo , pero el mayor motivo que debe inspirar es la persona de Jesús, quién siempre estarpa a tu lado, porque así lo ha prometido. Por lo tanto, vamos..comienza de nuevo. Hazlo hoy.

Levántate, porque este asunto es tu responsabilidad, pero estaremos contigo; anímate y hazlo . Esdras 10:4

Todo lo que tu mano halle para hacer, hazlo según tus fuerzas; porque no hay actividad ni propósito ni conocimiento ni sabiduría en el Seol adonde vas. Eclesiastes 9:10.

Fuente: porsugracia

miércoles, 25 de marzo de 2009

Protege tus sueños - Parte 3

Tercer consejo: No te dejes llevar por tus emociones

Mateo 13:20-21 nos dice: Y el que fue sembrado en pedregales, éste es el que oye la palabra, y al momento la recibe con gozo; pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza.

El sueño puede durar poco si nos dejamos llevar por nuestras emociones. Incluso éstas son enemigas de la Palabra, porque la recibes con gozo, pero cuando viene la aflicción te desanimas. Muchos sueños corren el mismo riesgo de morir por las emociones.

Temo a las personas altamente emocionales porque son inconstantes y no se sabe cómo reaccionarán. Los deportistas triunfadores son aquellos que dominan sus emociones. Hay personas que se inscriben en la universidad muy entusiasmadas. Si quieren ser abogados, se compran un maletín, el traje y la corbata, pero desisten a la primera tarea que les asignan. Cuando viene la aflicción y el esfuerzo se dan cuenta que no nacieron para esa profesión y buscan otra. Sin embargo, lo mismo les sucederá si deciden ser arquitectos o cualquier otra cosa, porque se dejan llevar por sus emociones y cambian de carrera una y otra vez.

Es irónico pero el gozo no hace nada por un sueño, la aflicción sí, porque logra asfixiarlo rápidamente. Alcanzan sus sueños las personas libres de ataduras, que se preparan y no se dejan dominar por sus emociones. En ciertas oportunidades he querido renunciar al ministerio.

La presión y el trabajo son intensos. Las críticas y mentiras que se dicen de mi son duras. Para que te des una idea, multiplica por 2 las veces que has querido abandonar tu célula, el resultado son las veces que he querido dedicarme a otra cosa. No somos de acero, por su puesto que hay momentos de debilidad que nos impulsan a dejarlo todo, pero los impulsos no deben dominarnos. Sólo el Señor puede ayudarte.

Si quieres ver realizado tu sueño, la convicción siempre debe ser mayor que la emoción y el sentimiento. De Jesús se dice que por el gozo puesto delante de Él, sufrió el oprobio y que verá el fruto de la aflicción de su alma y quedará satisfecho. Imagina que no hubiera aguantado la aflicción, no se hubiera cumplido su sueño de salvarnos. Demos gracias porque aguantó.

Recuerda que más de alguien depende de tus sueños. Quizá nadie te lo diga y nunca te lo reconozcan, pero la vida y Dios sabrán recompensarte por aguantar la aflicción que representa luchar por los anhelos. No pares de soñar, sin importar cuánto duela o los sacrificios que tengas que hacer, sigue adelante.

Fuente: porsugracia

domingo, 22 de marzo de 2009

Coalo Zamorano - Mi confianza está en ti (Nuevo 2009)

Reflexiones - Gente puerco espín

En lo profundo de un cañón de Wyoming me encontré con el puerco espín más grande que he visto en mi vida. Mientras avanzaba pesadamente hacia mí, lo observé de cerca y le dí mucho espacio. Yo no me iba a acercar a un tipo cuyas púas parecían misiles. Con razón estaba solo.

Pero no está solo todo el tiempo. Cada noviembre y diciembre, los puerco espines se acercan lo suficiente los unos a los otros como para reproducir. Durante ese tiempo optan por relajar sus púas y luego regresan a sus cuerpos espinosos.

Casi en todas lugar hay uno que otro puerco espín con afiladas púas de crítica, sarcasmo o arrogancia. Tendemos a evitarlos, pero Dios nos coloca para que tengamos comunión. Nos manda a amarnos unos a otros, incluyendo a los que son tipo puerco espín. Y si somos honestos, tendremos que admitir que nosotros también tenemos púas.

Juan escribió: “El que ama a Dios, ame también a su hermano” (1 Juan 4:21). Para hacer esto tenemos que pedir a Dios que nos ayude a “relajar nuestras púas”, incluso cuando otras personas sean espinosas. El Espíritu Santo nos ayudará a dejar de ser tan defensivos, críticos o controladores, y nos capacitará para amar a nuestros hermanos cristianos. Es la manera en que le mostramos al mundo que amamos a Dios (Juan 13:35).

Fuente: porsugracia

jueves, 19 de marzo de 2009

Protege tus sueños - Parte 2

Segundo consejo: Prepárate

Mateo 13:19 advierte: Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino.

Los sueños son como una semilla. La parábola del sembrador se aplica a toda siembra, sin importar cuál sea. Puede ser Palabra, cariño, conocimiento o actitudes. La segunda cosa que amenaza un sueño y que le impide fructificar es la falta de conocimiento.

Si deseas ayudar a las personas enfermas, entonces debes estudiar medicina, además de orar a Dios y pedir el don de sanidad del Espíritu Santo. Si quieres ser jugador profesional de la liga de fútbol de Europa, debes cuidar tu cuerpo, estudiar en la academia deportiva, entrenarte y aprender. Se nota cuando las personas se preparan para alcanzar sus sueños, así como también es evidente cuando alguien quiere alcanzar algo, pero no sabe lo que está haciendo ni cómo lograrlo.

Un sueño se ve truncado por ignorancia. Es verdad que tampoco podemos ser omniscientes y saber todo, así que con humildad, busca a quienes puedan ayudarte y complementar tus conocimientos. Atraer a las personas ideales a tu equipo de trabajo también es una decisión inteligente para lograr todo cuanto te propongas. No lo olvides, para alcanzar tus sueños aprende, estudia y prepárate.

No es lo mismo querer que en el país haya justicia, que prepararse como abogado y llegar a la Corte Suprema y contribuir con ese sueño. Yo estaba ilusionado con predicar la Palabra. Estudié y llevé un curso sobre cómo hablar en público. Pero en ese curso enseñaban cosas que incluso violaban los principios de valores bíblicos. Entonces me arrodillé ante el Señor y le pedí ayuda.

Le dije: “quiero aprender, dame tu Palabra”. Así que comencé a escribir mis prédicas. Al principio decía más gloria a Dios, amén y aleluya que mensaje. Entonces tuve que esforzarme para eliminar todo lo innecesario y finalmente desarrollé mi propia enseñanza sobre cómo hablar en público, basada en los principios del Señor. Adquirí conocimiento y entendimiento.

Mi esposa es pastora ordenada por un Instituto Bíblico, yo tengo un Doctorado en Ministerios Pastorales, me preparé en las escrituras para poder dirigir con autoridad. Cuando entré al Modelo de Jesús y estudié los sistemas celulares existentes, oré y desarrollé el que Dios nos ha dado y que ahora funciona en muchas iglesias. Yo tenía un sueño que pudo haberse frustrado por falta de conocimiento, pero gracias a Dios no fue así.

Fuente: porsugracia

martes, 17 de marzo de 2009

Protege tus sueños - Parte 1

Soñar es fácil, pero alcanzarlos requiere esfuerzo. Lucha por lograr todo lo que has soñado.

Es muy común abandonar y desechar nuestros sueños. Trabajar por alcanzarlos demanda constancia y dedicación. Compartiré cuatro consejos que te ayudarán a lograrlo.

Primer consejo: libérate del cautiverio

El Salmo 126:1-2 dice: Cuando Jehová hiciere volver la cautividad de Sión, Seremos como los que sueñan. Entonces nuestra boca se llenará de risa, Y nuestra lengua de alabanza; Entonces dirán entre las naciones: Grandes cosas ha hecho Jehová con éstos.

El Señor nos ha liberado del cautiverio del pecado para que podamos soñar. Es justo que le alabemos y demos gracias por el precio que pagó por nuestra libertad. En cautiverio no se puede soñar. Incluso los animales cambian de comportamiento cuando son cautivos. Las orcas en cautiverio son incapaces de mantener su aleta dorsal erguida. Es una manifestación de su tristeza y humillación.

Eres tan libre en Cristo Jesús como los sueños que tengas. Si ya eres libre, demuéstralo soñando y luchando por alcanzar tus anhelos. Soñar nos mantiene alertas, ilusionados, activa nuestra fe, nos impulsa a trabajar y esforzarnos. Cuando eres esclavo de algún vicio, del sexo ilícito, el soborno, estafa o corrupción, los sueños se convierten en pesadillas.

Satanás quiere esclavizarte para que no sueñes. Sabe que si puedes soñar es porque eres libre por la sangre de Cristo. Cuando te liberas de un hábito nocivo y declaras a nuestro Señor Jesucristo como tu Salvador, la fe de ser alguien y poder hacer grandes cosas te renueva y te convierte en una persona entusiasta, llena de proyectos y deseosa de hablar con Dios. Justamente eso me sucedió el día que le entregué mi vida al Señor.

Los sueños están directamente relacionados con la mente y el corazón de cada persona. Si eres avaro y egoísta, difícilmente tendrás un sueño generoso. Pero si tienes buenas intenciones y tus sueños se relacionan con el beneficio de muchos, éstos se adhieren a tu corazón y tu mente, entonces tienes más posibilidades de alcanzarlos.

Si sueñas con ser doctor y sanar a las personas, ten por seguro que todo obrará a bien. Serás más exigente y soñarás con un hospital para niños con cáncer. Los buenos sueños se amplían y fructifican. Por eso es importante que cuides tu corazón y expandas tu mente. Cuídate de ti mismo y de tus debilidades porque así cuidas tus sueños.

Dios hace cosas maravillosas con aquellos que tienen buenos sueños. Él hará algo grande si tu sueño es grande, pero primero debes ser libre. Tus logros serán tan grandes como los sueños que te atrevas a cultivar. Un día fuimos con unos amigos a la construcción del nuevo templo.

Todos imaginábamos lo que habría en el lugar donde estábamos. Uno decía: “en esta silla donde me sentaré”, otro decía: “allá tengo mi parqueo reservado”, yo también les compartía: “justo aquí están las gigantescas pantallas que permitirán a todos aprovechar la Palabra”.

No hemos soñado con vigas, concreto y cemento. Hemos soñado con un albergue para miles de personas que conocerán al Señor. El edificio es sólo un recurso, el sueño es alcanzar a todos los que imaginamos lavados con la sangre del Cordero y bautizados en el Espíritu Santo. Seguramente lo veremos realizado, así como soñamos y alcanzamos a cada uno de quienes hoy integran Casa de Dios.

Fuente: porsugracia

domingo, 15 de marzo de 2009

Reflexiones - El Pez muere por su boca

Hay un dicho popular que dice: El Pez muere por su boca. Eso facilmente indica que los seres humanos debemos tener mucho cuidado con las palabras que salen de nuestra boca, no sea que un día veamos que regresan como boomerang. Ejemplo de esto son los siguientes casos:

JOHN LENNON:
Dijo en una entrevista a una revista americana: “el Cristianismo va a acabar, va a encogerse, desaparecer. Dijo además: ” Yo no preciso discutir sobre eso, estoy seguro de ello. Jesús fue bueno, pero sus disciplinas muy simples. Hoy, nosotros los Beattles somos mas populares que Jesucristo (1966)”. Después de hacer dicho que los Beatles eran más famosos que Jesús recibió 5 tiros de su propio fan.

TANCREDO NEVES:
En una ocasión en una campaña política dijo que si obtuviera 500 votos de su partido (PDS), ni Dios lo quitaría de la presidencia… los votos los obtuvo, pero su trono le fue quitado 1 día antes de su posesión.

EL CONSTRUCTOR DEL TITANIC:
El mayor navío de pasajeros de la época fue construido; en el día que entró a alta mar un periodista le hizo la siguiente pregunta al constructor: ¿qué tiene que decir en cuestión de seguridad de su navío? a lo cual en tono irónico, le dijo que “ni Dios podría hundirlo!”, el resultado fue el mayor naufragio de un navío que ya existió en todo el mundo hasta hoy.

BON SCOTE:
Ex-vocalista de grupo AC-DC en una música decía la siguiente frase: “Don’t stop me, I’m going down all the way, wow the high way to hell” (No me lo impida.,voy a seguir el camino hasta la entrada del infierno), poco después fue encontrado muerto, asfixiado por su propio vómito.

La verdad es que nuestras palabras podrían ser nuestro mayor castigo. Alguién dijo: “Prefiero asegurarme de que mis palabras sean lo más dulces y suaves posible, no sea que un día tenga que tragármelas”.

Así también la lengua es un miembro pequeño, y sin embargo, se jacta de grandes cosas. Mirad, ¡qué gran bosque se incendia con tan pequeño fuego!

Y la lengua es un fuego, un mundo de iniquidad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, la cual contamina todo el cuerpo, es encendida por el infierno e inflama el curso de nuestra vida.

Porque todo género de fieras y de aves, de réptiles y de animales marinos, se puede domar y ha sido domado por el género humano, pero ningún hombre puede domar la lengua; es un mal turbulento y lleno de veneno mortal.

Santiago 3:5-10
Con ella bendecimos a nuestro Señor y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que han sido hechos a la imagen de Dios; de la misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así.

Fuente: porsugracia

miércoles, 11 de marzo de 2009

¡Lo Intente y Nada Paso! ¿Como hacer para que Algo Bueno Pase en mi Vida?

Muchas personas han estado experimentando cambios en sus vidas, para algunos son cambios positivos y están viendo resultados extraordinarios en sus matrimonios, sus finanzas, sus negocios, pero hay otros que todavía están luchando por sobrevivir, anhelando ser feliz, deseando tener una vida de dicha y prosperidad. Estas últimas dicen: ¡Lo he intentado todo y nada ha pasado!

Quizás usted leyó la siguiente anécdota: Había una vez un leñador que se presentó a trabajar en una maderera. El sueldo era bueno y las condiciones de trabajo mejores aún, así que el leñador se propuso hacer un buen papel. El primer día se presentó al capataz, que le dio un hacha y le asignó una zona del bosque. El hombre, entusiasmado, salió al bosque a talar. En un solo día cortó dieciocho árboles. -Te felicito, le dijo el capataz. Sigue así. Animado por las palabras del capataz, el leñador se decidió a mejorar su propio trabajo al día siguiente. Así que esa noche se acostó bien temprano. A la mañana siguiente, se levantó antes que nadie y se fue al bosque. A pesar de todo su empeño, no consiguió cortar más de quince árboles. -Debo estar cansado, pensó. Y decidió acostarse con la puesta de sol. Al amanecer, se levantó decidido a batir su marca de dieciocho árboles. Sin embargo, ese día no llegó ni a la mitad. Al día siguiente fueron siete, luego cinco, y el último día estuvo toda la tarde tratando de talar su segundo árbol. Inquieto por lo que diría el capataz, el leñador fue a contarle lo que le estaba pasando y a jurarle y perjurarle que se estaba esforzando hasta los límites del desfallecimiento. El capataz le preguntó: -¿Cuándo afilaste tu hacha por última vez? –Afilar, no he tenido tiempo para afilar. He estado demasiado ocupado talando árboles.

Esta anécdota nos muestra que con intentarlo no basta, que no es suficiente definir lo que quieres conseguir y empeñarse en ello ni siquiera con dedicación y esfuerzo. Eso es bueno pero es necesario comprometerse. Leyó bien: comprometerse. Para que algo pase en la vida y en su vida necesita estar comprometido. Por ejemplo, Dios estaba comprometido a amarnos para que no nos perdiéramos que envío a su hijo. Jesús vino a buscar y a salvar lo que había perdido y estuvo comprometido hasta morir en la cruz. Pablo estaba comprometido en llevar las buenas noticias a los gentiles, y usted y yo somos parte de ese compromiso.

¿Está comprometido en su matrimonio? ¿A qué está comprometido?

¿Está comprometido a estar en libertad financiera o esclavo de las deudas? ¿Está comprometido a una vida pura, integra o a una vida de placeres lejos de Dios?

¿Está comprometido al éxito o al fracaso? ¿A que está comprometido o comprometida?

Todos estamos comprometidos a algo o alguien. El compromiso es el lenguaje que yo sostengo con mis acciones. Lo que hasta ahora estas obteniendo en la vida, en tus relaciones y en tus finanzas es lo que hasta ahora has dado. Si quieres tener un futuro diferente debes partir del compromiso. ¿Qué quiero que suceda en tu vida?

En la biblia encontramos a un hombre que era hijo de un honorable, pero era ciego. Estamos hablando de Bartimeo y esta historia la consigues en el Evangelio de Marcos 10: 46-52. Aquí encontramos varios principios interesantes, pero quiero detenerme en los versículos 51 y 52:

“Respondiendo Jesús, le dijo: ¿Qué quieres que te haga? Y el ciego le dijo: Maestro, que recobre la vista. Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. Y en seguida recobró la vista, y seguía a Jesús en el camino.”

En este pasaje encontramos a un Bartimeo comprometido a ver, él dio todos los pasos necesarios para obtener su milagro. El no se fue por las ramas quejándose de lo duro que había sido vivir ciego durante mucho tiempo, excusándose de las personas y circunstancias sino que cuando estaba con Jesús fue muy claro en su pedido: “quiero recobrar la vista”. Y Jesús le responde: “Tu fe te ha salvado”, y conocemos el final feliz de Bartimeo.

Bartimeo estuvo comprometido con alcanzar la visión que necesitaba ¿Y usted hasta donde está comprometido hoy en su vida? ¿Qué quieres que acontezca en su vida?

Si tú estás comprometido vas a hacer que las cosas pasen, pero si no hay compromiso no llegaras lejos. Para que algo bueno suceda en tu vida debes hacerte cargo de que el futuro sólo existe en tus declaraciones, tú puedes crear con otros el futuro que elijas. Puedes elevar tus compromisos sobre tus estados de ánimo y producir acción.

Hoy es el mejor día para comprometerse a ser la persona que Dios quiere que seas. Hoy es el mejor día para iniciar una nueva vida o volver a comenzar.

Fuente: porsugracia

lunes, 9 de marzo de 2009

Nuevo: Lilly Goodman - Al final


Fuente: Vastago

domingo, 8 de marzo de 2009

Reflexiones - El Autobus a Ninguna Parte

Mientras estaba sentado en una banca en la parada de buses, intentando determinar dónde iba a ir, escuché a un hombre preguntarle a la cajera por un boleto a ningún lado.

Pareciendo un poco confundido, al pasarme el hombre al lado, decidí detenerle y preguntarle: “Señor, no pretendo inmiscuirme pero… ¿le escuché pedirle a la cajera un boleto a ningún lado?”

El hombre se volteó hacia mí y contestó: “Sí, y es allá que este boleto me llevará y, sin embargo, lo estoy pensando dos veces”.

Entonces le pregunté al hombre: “¿Por qué lo está pensando dos veces?”

Él contestó: “Aquí estoy ahora, en un lugar donde estoy acostumbrado a todo lo que me rodea, conozco a mucha gente, tengo muchos amigos, usted sabe, todas las cosas que nos hacen sentir cómodos en la vida.

Una vez que me suba a este bus, todo aquello se habrá ido. No sé si me gustará donde vaya a parar, ni sé si será mejor o peor que aquí”.

Le agradecí al hombre por su respuesta y le estreché la mano.

Al acercarme a la ventanilla, comencé a preguntarme si este era el boleto que compraría. Parado frente de la cajera, mirando el tablero de salidas, sentí un golpecito en mi hombro. Cuando me di la vuelta, vi al caballero con quien había estado conversando momentos antes.

Me dijo: “No tengo idea de dónde planea ir, pero si es el mismo lugar adonde yo estaba planeando ir, puede tener este boleto”.

Así que le pregunté al hombre: “¿Qué le hizo cambiar de idea?”

Contestó: “No puedo manejar el no saber dónde pudiera llegar o cuán lejos pudiera llegar, así que aquí me voy a quedar a pesar de todo lo que está mal con este lugar. Así que, si quiere este boleto, es suyo”.

El hombre me entregó el boleto y se dio la vuelta antes de que pudiese agradecérselo.

Sentado, esperando por este bus, comienzo a pensar de todo lo que este hombre había dicho. Entonces comienzo a preguntarme si estaba listo para subirme a este bus yo mismo. ¿Qué hare? ¿Qué habrá allá? ¿Cuán malo será allá? ¿Cuán bueno será allá?

Antes de que me diese cuenta, un hombre habló por el altoparlante y dijo: “Ahora estamos abordando el bus a ningún lado. Todos los pasajeros, favor de dirigirse a la puerta #1”.

Me levanté de mi asiento y comencé a caminar por el corredor hacia la puerta #1. A mitad de camino, miré hacia atrás para ver cuántos se iban en este bus. No vi a nadie.

Le entregué al conductor mi boleto y le pregunté: “Señor, ¿cuántos van en este bus?”

Él contestó: “Hoy, solo usted… nadie más”.

Así que le pregunté: “¿Toman muchos este bus?”

Él contestó: “Muchos han comprado boletos, pero la mayoría parece nunca aparecerse. Y si lo hacen, sólo llegan hasta aquí”.

Un poquito asombrado le pregunté: “¿A qué atribuye usted esto?”

Él contestó: “Hijo, he conducido este bus por muchos años, nunca viendo dos días iguales, conducido millones de millas, sólo para ver nada. Creo que muchos de nosotros estamos perdidos y nos parece que el único lugar al que debiéramos ir es a algún lado. Así que la gente viene, compran un boleto a ningún lado, pensando, esperando, que les llevará a algún lado.

Aquellos que se han subido, nunca más les he vuelto a ver; sin embargo, aquellos que no lo han hecho, han vuelto a este mismo punto, a esta misma puerta, vez tras vez. Habiendo dicho esto, este bus va a partir. ¿Deberé romper este boleto? ¿Me estará acompañando?”

Le entregué al hombre mi maleta y me subí al bus dirigido a… ¡a algún lado!

Mucha gente anda por la vida queriéndose subir a un bus (o tal vez un auto, tren o avión) que los lleve a algún lado mejor que en el que ahora viven, descubriendo en el camino que más bien se dirigen a “ningún lado”. En realidad, no podemos huir todo el tiempo de la realidad, sólo nos quede enfrentarla.

Recuerdo una vez que una amiga me confió que quería cambiar de empleo porque su jefe y compañeros no constituían el mejor equipo con el que se podía trabajar… en aquella ocasión le contesté lo que le he planteado a tantos otros a lo largo de mi vida: “Dios nos ha colocado en el lugar preciso para influir (ser sal y luz) y evitar que el enemigo de nuestras almas se salga con la suya”. Tal vez parezca que somos muy pocos y que tenemos muy poca fuerza, ¡pero resulta increíble el poder lumínico de una vela en una habitación totalmente a oscuras!

No se suba al bus a ningún lado, más bien busque dirección de Dios para cumplir con Sus propósitos de este lado del cielo. ¿Le falta guía en cuanto a esto?

Fuente: porsugracia

miércoles, 4 de marzo de 2009

No hables asi

Uno de los problemas más serios que enfrentamos las personas son los que tienen que ver con las conversaciones. No sabemos conversar, muchos piensan que conversar es intercambiar palabras. Por causa de nuestra mala conversación enfrentamos conflictos, entre ellos tenemos la depresión, el alcoholismo, la violencia, la rebelión de los hijos, el divorcio, la ansiedad y hasta trastornos físicos como el cáncer, el corazón y otras enfermedades.

La Biblia enseña en Santiago: “Las palabras que decimos con nuestra lengua son como el fuego. Nuestra lengua tiene mucho poder para hacer el mal. Puede echar a perder toda nuestra vida, y hacer que nos quememos en el infierno.” (Stg.3:6 BLS)

Se ha dado cuenta que nuestra vida gira en torno a conversaciones, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos estamos conversando. Conversamos con Dios, conmigo mismo, con la pareja, con los hijos, los compañeros, los amigos, los vecinos, y otros relacionados. Las preguntas que debemos hacernos: ¿Qué clase de conversaciones estoy teniendo? ¿Mis conversaciones están bendiciendo o están destruyendo vidas?

En mí y en usted radica un poder y a veces no le damos tanta importancia a las palabras que decimos, quizás usted pueda identificarse con una de estas palabras:
Nunca vas a cambiar….
Esto no va a funcionar….
No lo vas a lograr…
Pero no se puede…..
En otro momento lo intento…..
Eres igual a…
Esto se lo llevó quien lo trajo…
Ya es muy tarde…
Siempre igual…
Te lo dije…
Yo sabía…

Mucho de lo que no sucede en mi vida se debe a las conversaciones que estoy desarrollando. ¿Será que debo cambiar mis conversaciones para obtener buenos resultados? Veamos lo que dice la biblia: “De un mismo pozo no puede salir agua dulce y agua amarga o salada. Tampoco da higos un árbol de aceitunas, ni da uvas un árbol de higos.” (Santiago 3:11,12 BLS).

Un factor fundamental en los problemas de nuestras conversaciones es la confusión entre observaciones (hechos) y opiniones (juicios), nosotros solemos ser rápidos para emitir juicios y no nos damos el tiempo para preguntar, averiguar y tener base de lo que vamos a hablar, necesitamos pasarlas por las tres rejas. Te lo ilustro con la siguiente anécdota:

Un joven discípulo llega a la casa de su Maestro y le dice: vengo a contarte lo que dicen de tí…..
Espera!! Lo interrumpe el sabio ¿Ya has hecho pasar lo que vas a contarme por las tres rejas?
¿Las tres rejas? ¿A qué te refieres?
La primera muestra la diferencia entre hecho y opinión ¿Estas seguro que lo que vas a contarme ha sucedido o es la opinión de alguien?
- No puedo decirte que haya ocurrido. Lo oí comentar a tus vecinos
Al menos lo habrás hecho pasar por la segunda reja que es la bondad. Eso que vas a decirme ¿es bueno para alguien?
-No en realidad, no Todo lo contrario
Ah!! Vaya. La última reja es la del crecimiento
¿Servirá lo que vas a decirme como un espacio de aprendizaje para que yo crezca? 
-A decir verdad: NO
Entonces dijo el Maestro sonriendo: Si solo es un juicio, si aparte es negativo, si no está fundado en un hecho real y además tampoco me va a servir para crecer ¿que sentido tiene que le destinemos tiempo y energía? No me lo digas.

¿Te ha pasado algo así? ¿Lo has filtrado a la luz de la Palabra de Dios? ¿Tus conversaciones son de bendición o de maldición?

El filtro de la palabra de Dios lo encontramos en Efesios 4:29 “No digan malas palabras. Al contrario, digan siempre cosas buenas, que ayuden a los demás a crecer espiritualmente, pues eso es muy necesario.” (BLS)
¿Lo que digo trae bendición a mi vida? ¿Ayuda a crecer a otros? Si no es así, no lo digas.

Es importante estar conscientes de nuestras palabras y conversaciones, eso nos ahorraría muchos malos ratos y disfrutaríamos mas la vida, evite el juicio sobre los demás y aprenda a poner freno sobre lo que va a decir, cuide su corazón porque la lengua es solamente un instrumento.

Hay tres cosas en la vida que no vuelven atrás: la palabra pronunciada, la flecha lanzada y la oportunidad perdida.

Algunas palabras pueden ser como flechas al corazón. Si lo que estás pensando puede ser flecha que hiera, no lo digas. Es preferible guardar silencio. Asegúrate de que lo que vayas a decir este cargado de vida y bendición para tu vida y la de otros. Hoy es el mejor día para hacer de nuestras conversaciones las mejores y tener buenos resultados.

Un optimista ve una oportunidad en toda calamidad, un pesimista ve una calamidad en toda oportunidad. Winston Churchill

Fuente: porsugracia

lunes, 2 de marzo de 2009

Fogata Jóvenes Bautistas II

domingo, 1 de marzo de 2009

Reflexiones - La Vasija de misericordia

El maestro estaba buscando una vasija para usar. En el estante había muchas- ¿Cuál escogería?. Llévame, gritó la dorada. “Soy brillante, tengo un gran valor y todo lo que hago, lo hago bien; mi belleza y mi brillo sobrepasa al resto y para alguien como tú, Maestro, el oro sería lo mejor”.

El maestro pasó sin pronunciar palabra; él vio una plateada, angosta y alta; “ Yo te sirvo amado Maestro, vertería tu vino y estaría en tu mesa cada vez que comieras; mis líneas son agraciadas y mis esculturas son originales, y la plata te alabaría para siempre”.

Sin prestar atención el Maestro camino hacia la de bronce, era superficial, con una boca ancha y brillaba como un espejo: “ Aquí.. Aquí” grito la vasija. “Se que te seré útil, colócame en tu mesa donde todos me vean”. “Mírame” gritó una copa de cristal muy limpia. “Mi transparencia muestra mi contenido claramente, soy frágil y te serviré con orgullo y se con seguridad que seré feliz de morar en tu casa”.

Vino el maestro seguidamente hacia la vasija de madera, sólidamente pulida y tallada: “Me puedes usar Maestro amado, pero úsame para las frutas dulces y no para el insípido pan” Luego el Maestro miró hacia abajo y fijó sus ojos en una vasija de barro, vacía, quebrantada y destruida, ninguna esperanza tenía la vasija de que el Maestro la pudiera escoger para depurarla y volverla a formar, para llenarla y usarla.

Ah, esta es la vasija que he deseado encontrar, la restauraré y la usaré, la haré toda mía”. “No necesito la vasija que se enorgullezca de si misma, ni la que se luzca en el estante, ni la de boca ancha, ruidosa y superficial, ni la que demuestre su contenido con orgullo, ni la que piensa que todo lo puede hacer correctamente, pero si esta sencilla llena de mi fuerza y de mi poder” Cuidadosamente el Maestro levantó la vasija de barro; la restauró y purificó y la llenó en ese día, Le habló tiernamente diciéndole: “Tienes mucho que hacer solamente viértete en otros como yo me he vertido en ti”.

Y mientras leía y meditaba en estas palabras recordé que soy simplemente una vasija que por misericordia Dios me ha llenado. Hoy, por lo tanto no debo olvidar que sigo siendo la vasija de misericordia para que el orgullo no se eleve por encima de mi corazón y termine perdiendo fácilmente lo que por misericordia he recibido. “ Señor. Para mostrar tu amor y tu misericordia, un día tomaste mi vida quebrantada, inútil, destruida y tristemente deshecha, pero en tus manos toda mi existencia cambio.

Hoy soy lo que soy, solo por misericordia. Ayúdame en este día a no creerme la vasija de cristal, de oro o de plata, mas recordar en mi diario caminar que soy simplemente una vasija quebrantada, más en tus manos restaurada.

Romanos 9:22-23
“ Y qué, si Dios, queriendo mostrar su ira y hacer notorio su poder, soportó con mucha paciencia los vasos de ira preparados para destrucción y para hacer notorias las riquezas de su gloria, las mostró para con los vasos de misericordia que él preparó de antemano para gloria”.

Fuente: porsugracia