viernes, 1 de agosto de 2008

La mente: don hermoso de Dios

A través de un poderoso microscopio pude ver el corte de una célula cerebral aumentada cientos de veces. Aun así, solo pude contemplar una ínfima parte de esta maravilla. ¡Qué tremenda complejidad!

Según me explicaba mi amigo, un investigador científico que me había invitado a dicho "espectáculos” en ella millones de circuitos retienen la información o la comunican. Se trata de una creación que el mundo científico ni siquiera ha comenzando a entender, me explicó.

Existen de doce a catorce millones de células, interconectadas cada una con 10.000 células vecinas con las que constantemente intercambian información.

No hay ninguna computadora en el mundo que tenga la misma cantidad de conexiones. Podría asemejarse a 1000 centrales telefónicas, cada una de estas con capacidad suficiente como para atender la ciudad de México... icompleta!

El nivel de comunicación en una sola mente humana es mayor que el logrado en conjunto por todas las emisoras de radio y televisión en el mundo. ¡Pensar que hay algunos que pretenden ser sabios dicen y que solamente hemos evolucionado, que todo viene de la nada! incluso, algunos cristianos rnenosprecian la mente que Dios nos ha dado!

La mente, don sin igual de Dios, es capaz de hacer grandes obras que reflejan al Creador, como asimismo de pervertir y distorsionar, malogrando lo creado. No hay duda de que Ia mente, siendo tan maravillosa, es un blanco del enemigo y un instrumento de la naturaleza pecaminosa en cada persona.

Por esta causa, muchos cristianos han menospreciado el rol vital que debe desempeñar la mente en nuestra vida espiritual y en ia iglesia. Dios no Ia dio para el diablo, ni para ser mal usada o dejada de lado. La dio para su gloria.

En una ocasión, un estudiante amigo mío discípulo de una de las grandes mentes evangélicas de América Latina, comentó que este hombre comunica a una altura que la mayoría de los estudiantes no logran entender.

Es alguien que posee la capacidad de comprender las corrientes filosóficas y políticas que impactan nuestras naciones y, por esta razón, tendría que servir de “puente” o "interprete" para ayudar a la iglesia; sin embargo, frecuentemente lo olvida.

Muchos, al ver este tipo de casos, terminan diciendo que “la educación arruina a un hombre”. Sin duda hay casos así, pero ¿son éstos más frecuentes que la ignorancia, que ha arruinado a tantas multitudes? Nunca debemos olvidar que la verdad nos hace libres. El desconocimiento, en cambio, nos ata, porque provee campo para el diablo.

Según un artículo que leí recientemente, las multitudes en nuestra América Latina están abiertas a los mensajes que apelan a las emociones y a situaciones en las que no hay que usar Ia razón. Algunas de las iglesias que cuentan con una asistencia muy numerosa son visitadas por gente que desea que otros piensen por ellos.

Esas multitudes prefieren lo emocional, lo experimental, no tener que pensar y ser manipuladas por el ambiente, el show y la música. Prefieren una “fe sencilla”, una santidad mágica e instantánea en la que sólo tienen que "creer".

Algunos hombres de Dios ayudan a estas personas a ser completamente humanas, usando su mente, alma y espíritu para servir al Señor. Lamentablemente, hay otros que aprovechan esta tendencia a la pereza espiritual para tener grandes cantidades de discípulos. Mantienen una “espiritualidad” que los deshumaniza y les impide crecer. "y curan la herida de mi pueblo con liviandad, (jr. 6:14)

Una de las herramientas rnás útiles para el diablo es la mente pasiva, que no busca discernir y entender cómo realmente obra Dios. Paulo Freire señala que Ia mayoría de las personas son sólo objetos y no sujetos.

La persona sujeto tiene Ia capacidad de analizar situaciones y tomar decisiones para integrarse a la realidad o para cambiarla (transformarla). En cambio, la persona objeto sólo se adapta a la situación.

En otras palabras, no toma decisiones basadas en una comprensión adecuada de la vida. Por esta causa, es necesario que aprenda a pensar —discernir— a fin de entender las influencias que la están controlando. Muchas personas viven de mitos o con un entendimiento místico de la vida, y no son concientes de lo que provoca las diversas situaciones. El resultado es que otros los usan o los manipulan sin que ellos se den cuenta.

Necesitamos cristianos que dejen de ser manipulados o usados, dejen los mitos y la magia para volverse a una conciencia acertada de quién es Dios y como El obra. La ignorancia de los principios de la Palabra de Dios que existe en la Iglesia es una puerta abierta a muchos males.

En el libro La mente cristiana, Blamires dice que muchas personas oran y adoran como cristianos; sin embargo, no piensan como cristianos. Afirma, además, que en la mayoría hay un grado d flaqueza y de impotencia inigualado en la historia cristiana. pregunte a cualquier obrero cristiano acerca de lo que vende en gran cantidad: la "espuma" (biografías espectaculares, tarjetas casetes, souvenirs, etcetera).

Ni siquiera leche espiritual, en muchos casos. Los libros con un contenido sólido no son los buscados por el público lector. Muchos dicen que carecen de tiempo para la lectura; sin embargo, no tienen para mirar televisión, lo que lleva la "basura del mundo” directamente a la mente. Con respecto a este último tema, algunos estudios han demostrado que los creyentes miran los mismos programas que Ia gente del mundo. Con razón no piensan en forma muy diferente!

Salgamos de la decadencia y, con humildad, usemos nuestras mentes y fuerzas para conocer a Dios y su verdad. “Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová." (Jr. 9:24).

Fuente: porsugracia

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